Cuanto más dura y prolongada sea la actividad física y cuanto mayor sea la temperatura y la humedad del lugar donde hace ejercicio, mayor cantidad de líquido perderá. El grado de pérdida puede alcanzar cotas inesperadas y si no recupera líquido rápidamente, poco después sufrirá una deshidratación, que afectará considerablemente a su capacidad física. Para controlar adecuadamente la cantidad de fluido que ha de recuperar, debe pesarse antes y después de la actividad física y beber un litro de agua por cada kilogramo que pierda.
La hidratación es un componente esencial de tu entrenamiento, ya que no sólo permite reponer las pérdidas de fluidos y electrolitos, sino que puede favorecer tu rendimiento deportivo si te hidratas adecuadamente, antes, durante y después del entrenamiento.
Habitualmente, la hidratación se prioriza tras el
esfuerzo físico, pues es en este momento en donde la persona experimenta la
sensación de sed y siente las pérdidas ocasionadas por el trabajo a través del
sudor. Asimismo, durante la ejercitación, por cuestiones de tiempo o por no
interrumpir la actividad física, se desprestigia la hidratación y olvidamos que
si bebemos líquidos durante el entrenamiento nuestro rendimiento físico aumentara considerablemente.