Hubo una época en la que se despreciaba a
los trapecios, no los entrenaban porque temían que sus hombros parecieran más
estrechos. Un gran error, pues el desarrollo de los trapecios no
perjudica a los hombros. Casi todos los ejercicios trabajan los trapecios, ya
sea el curl, el press de banca, las sentadillas o el remo. No obstante, el
movimiento por excelencia para esta zona son los encogimientos. Ninguno iguala
su eficacia. Al realizar el encogimiento, la tensión se concentra casi en
exclusiva en los trapecios.
A mi
entender, unos trapecios desarrollados dan el toque final a un buen físico.
Mejoran la imagen del cuello e incluso la ropa sienta mejor. Si
necesitáis alguna prueba, buscad fotografías antiguas de Arnold Schwarzenegger. A pesar de todas las
maravillas que os he explicado sobre el desarrollo de trapecios, hay un caso en
el que no os recomiendo el entrenamiento de estos músculos. Si tenéis un cuello
corto, olvidaos de que los trapecios existen. El desarrollo de estos músculos en
una persona con esa característica física daría la impresión de que tiene
joroba. En cambio, quienes tienen un cuello largo tienen que hacer encogimientos
una o dos veces por semana.
La
técnica
Los encogimientos son uno de los ejercicios más sencillos.
Tan sólo tenéis que levantar los hombros hacia las orejas con un peso en las
manos. Si usáis una barra, la podéis colocar delante o detrás de vosotros. Con
las mancuernas podéis estar de pie o sentados. La máquina Hammer Strength suele
utilizarse para los encogimientos sentado, pero también puede usarse de pie. La
colocación de la cabeza, hacia arriba o hacia abajo, es una preferencia
personal, pero nunca cambiéis la posición durante el ejercicio.
Las repeticiones
Si hace tiempo que no
realizáis encogimientos comenzad con dos series de 20 repeticiones y un peso
ligero. A medida que avancéis en vuestra rutina, variad la cantidad de
repeticiones para mejorar el resultado del entrenamiento. Completad series de
cuatro a seis repeticiones durante unas semanas y después haced entre 15 y 20.
Otra alternativa es hacer un número intermedio (8 o 10). Algunos han progresado
con varias series de bajas repeticiones (4 o 6) y dos series finales de 20 para
congestionar los músculos.
El estilo del
entrenamiento
La mayoría de los ejercicios permiten variar el
método de realizarlos. Un pequeño cambio en la posición del cuerpo transforma
tanto el ejercicio que parece otro. En los encogimientos, el recorrido aumenta
cuando el peso es menor y las repeticiones numerosas. Mantened la zona lumbar
recta en todo momento. Los trapecios son unos músculos muy fuertes que pueden
mover gran cantidad de peso; por eso es fácil sufrir una lesión de espalda si la
ejecución no es correcta. Tened especial cuidado cuando cojáis las mancuernas o
la barra del soporte. Durante el ejercicio, la espalda debe estar arqueada y en
tensión.
Evitad las
lesiones
Aparte de no calentar el cuello y los trapecios antes de
comenzar el trabajo, el error más habitual en los encogimientos es girar la
cabeza. El resultado es una lesión de cuello grave. Recuerdo que un culturista
giró la cabeza mientras hacía encogimientos para ver a una chica que hacía remos
inclinado. Se desgarró los músculos del cuello y tardó un año en recuperarse por
completo. No mováis la cabeza durante los encogimientos bajo ninguna
circunstancia.